La persona más adecuada para la práctica de la terapéutica homeopática es evidentemente el médico homeópata. En su condición de médico -sobre todo si es un “buen médico”- explora y realiza una anamnesis del paciente, recabando toda la información posible del mismo

Posteriormente a través del “diagnóstico homeopático” el médico homeópata estudia e individualiza el tratamiento para cada uno de sus enfermos. Este diagnóstico homeopático necesita de preguntas más personales, de la manera de reaccionar de cada paciente ante los problemas de salud que se le han planteado.

Individualización del tratamiento

Se incluyen aquí desde preguntas sobre las modalidades del dolor o las molestias referidas (si mejora o empeora con el calor o el frío, con la humedad, con el movimiento o el reposo, etc).

También preguntas sobre el estado anímico y moral de la persona en el momento de enfrentar la enfermedad. Todo ello le permite al médico llegar a poder determinar qué medicamento necesita un paciente en concreto.

Así dos pacientes que presenten un mismo cuadro clínico recibirán cada uno de ellos un medicamento adecuado para “su enfermedad individual”, y que no tiene que ser forzosamente el mismo para ambos.

Búsqueda del similar

Toda esta búsqueda y análisis de los síntomas peculiares del enfermo y las modalidades de los mismos, que conforman el modo personal de reacción de un paciente ante la enfermedad, le llevan finalmente al médico homeópata, a prescribir el medicamento homeopático más adecuado para el paciente, el más similar a la enfermedad que el paciente presenta.

 

Fuente: Diagnóstico Homeopático – Farmacia Germana